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Un primer tiempo para mandar a recoger, lo único rescatable fue el gol de penal de Dinamarca en una clara falta de Diao sobre Tomasson. Los senegaleses jugaban con un fútbol que no era el de ellos, a punta de pelotazos frontales. Fadiga estaba siendo enredado por la marca asfixiante de Helveg y Diouf ya no tenía el espacio que tuvo ante los franceses. Un duro Tofting lo taponaba bien. Sin embargo, los africanos encontraban escaramuzas en el arco de Sorensen por medio de la pelota quieta, increíble, una herramienta fuerte para el equipo europeo. Dinamarca luego de su tempranero gol le cedía el espacio y balón a Senegal, a la espera de que quedaran grietas en la zaga senegalesa para aprovechar los contragolpes por parte de Rommedahl y Tomasson. En la segunda mitad Metsu hizo dos variantes, ingresando en especial a Henry Camara quien abrió fútbol por la banda derecha, mandando con eso a Fadiga por izquierda y saliéndose de la marca de Helveg. Diouf por su parte se retrasó un poco y de igual forma no fue referente de marca. Los africanos volvieron a su fútbol de balón al espacio, de rapidez y gambeta. Fue de ese modo que llegó el empate por medio de un gran contragolpe y que logró culminar en el tanto de Diao. De ahí en adelante fue un partido abierto, pero con un Senegal más cercano al triunfo con dos oportunidades claras de gol que no supo resolver Soleymane Camara. Finalmente la expulsión de Diao, a 10 minutos del final del encuentro hizo recular a Senegal y aguantar un empate, que realmente no tuvo mayor premura en su arco. Un buen partido en la segunda mitad y cabe destacar el juego fuerte en gran parte del partido, en especial en el duelo Helveg y Fadiga.